La hija de mi madre ya ha sufrio lo que se le tenía designao

y una se quiere un poco, para no autoinmolarse...

viernes, 7 de mayo de 2010

La vida es total

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La vida es total. Suena a que la vida es cogolluda, a que es guay, a que mola, a que nos está yendo como esperábamos. Y no es esto lo que quiero decir, es justo lo contrario.
Quiero decir que la vida es total incluso cuando no va como esperábamos.
La vida es total, no parcial. La vida es la alegría y la tristeza, la desperación, el júbilo, los sábados de supermercado y los domingos de iglesia, la economía, la desperación, la pena y los premios de Karaoke.
Y para comprender la totalidad de la vida, compañeros, deberíamos estar sanos, limpios, frescos, dispuestos, livianos. Livianos.
Esto viene después de ayer. Supongo que se nos da la posibilidad de desarmarnos antes de saber a que guerra no nos mandan.
Para comprender la totalidad de la vida, no su parcialidad, no sus fragmentos y su fragmentación, supongo que es como dije ayer, estar desarmados y atentos. Experimientar. Sin nuestras ideas y juicios, comparaciones y creencias apolilladas y apollardadas.
Seré la más tonta de Madrid, la más toli de las ciudades en las que haya estado, pero yo me creía que la vida no era total. Que estaba la vida que nos tocaba vivir y que construíamos como podíamos y la otra, la soñada, la que debería ser, en la que seríamos felices.
No. Está la vida. y nuestras ideas, nuestras creencias cerradas, nuestras verdades ganadas a pulso y nuestro conocimiento. Y con todo esto lo único que hemos conseguido es vivir una parte. No una vida, sino una parte de la vida. Porque da miedo entregarse y reconocer que no tenemos huevos para que la vida nos viva. Y sabes qué, la vida lo hace de todos modos.
Todos hacían el muerto super bien en la playa cuando yo era pequeña. Yo no podía, estoy operada de los oidos y tengo que procurar siempre que no me entre agua en mis oidos deficientes. De pequeña no podía hacer el muerto y todos podían. Creo que de mayor lo he conseguido, he aprendido a hacer el muerto como todos.
Esto es sólo un blog, pero es mi blog, y creo que está bien ser honesta a la 1 y 32 de la tarde: sabemos hacer el muerto muy bien. Porqué no nos relajamos igual y nos dejamos llevar por las olas y quizá nos despertemos. Despertarse como sino supiésemos nada. Cómo sino hubieramos visto antes una sombrilla de rayas o un hombre tapado por un periódico mientras su hijo hace castillos con la arena.
Aprieto los dientes.
Me siento fuerte y con ganas de llorar. Y naturalmente, no puedo saber lo que esto significa antes de experimientarlo, ni después...



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