La hija de mi madre ya ha sufrio lo que se le tenía designao

y una se quiere un poco, para no autoinmolarse...

viernes, 30 de julio de 2010

El amor incondicional, chi chi

Voy a contaros que me anda pasando. Me direis, sí hombre, esto es de cajón cuadrao de madera de pino, osea, obvio. No hay que ser muy listo para saber esto, ¿De verdad no lo sabías? De verdad, no lo sabía.
De verdad, de una manera verdadera no, por supuesto que no.

El amor verdadero es algo que buscamos infatigablemente, bueno, esto creía yo. Pero no, he entendido que lo que buscamos incansablemente es el amor romántico. El subidón, las citas bonitas, las cenicas chulas, los mensajitos emocionantes del principio, que el otro piense que eres genial hasta que todo se desvirtue ( y no tengas duda que se desvirtuará). Porque no creo que busquemos el amor verdadero, buscamos el amor romántico. Entretenernos, que nos llenen, que nos agasajen, que nos complementen, que nos den los que nos faltan, que nos acompañen.
Y si me das esto, y si me valoras o si por lo menos, te importo, cuentas conmigo, pues te querré y te agarraré la mano y te acompañaré a comprar ropa y te defenderé de las opiniones de los demás. Y cuando algo no me guste, te lo diré, porque yo hago todo bien y tú no.

Qué barbaridad. Si de verdad buscásemos el amor. Y está tan cerca, tan al alcance de la mano...

Pero para poder encontrar amor en otro, primero tienes que encontrarlo dentro de ti.
Querenos antes de querer.
Si estamos completos, si nos queremos, si cuando nos miramos en el espejo vemos el rostro de una persona amada, ya está, estamos preparados para estar con otra persona. Y cuando uno se quiere, puede querer bien. Si uno se quiere mal, querrá mal. Ahora entiendo que nadie me ha hecho nada malo, yo me he hecho cosas malas.
La gente que no me ha tratado bien, me ha tratado como yo me he tratado.
La gente que no me ha querido, ha sido porque yo no me quería. Hablo en nuestras relaciones amatorias. Ojalá fueran relaciones amorosas.
Hay gente que no nos quiere, esto es así y está bien. Primero no podemos caerle bien a todo el mundo y segundo, los que no se quieren no pueden querer, los que no se valoran no pueden valorar, y los que no se aceptan no pueden aceptar.

Y hay que soinreir mucho, no desde la prepotencia, sí desde el amor a uno mismo y a la vida.

Cuando nos amemos incondicionalmente, amaremos a los demas de manera incondicional.
Cuando nos queramos bonito, querremos bonito.
Cuando la perfección esté dentro de nosotros, encontraremos perfección en la vida, en las cosas, en las horas, en el chorro de vino blanco que el camarero te sirve en la copa. Todo es bien.


Si Valentino juega con un niño en el parque no le pregunta si va a ser su amigo toda la vida, si le va a quere más que a ningún niño. Ni se van a sentar en la arena para explicarse de que familia vienen, cuales son su expectativas, cuales los requerimientos que se esperan a largo plazo del otro y cuales son las ventajas del rato que van a pasar. No van a poner condiciones. Van a estar debajo del sol, o además del frio, limpios y entregados al momento presente y a la sonrisa que antecede a la malicia.

¡Ay, como involucionamos progresivamente!

Hasta que lo vemos.


Y quiero mirarte, y descubrirte, y olvidarlo, y recordarte, y sentirme importante en tus brazos porque tus brazos importan y aceptar lo que me des porque es un milagro, porque eres un milagro, porque soy un milagro y llega el tiempo, es el tiempo de la felicidad, lo siento, lo sé, porque ya no sé nada...
Qué maravilla.



...