La hija de mi madre ya ha sufrio lo que se le tenía designao

y una se quiere un poco, para no autoinmolarse...

sábado, 5 de junio de 2010

Cartas manuscritas

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Resumiría tantas cosas diciendo: SOY MÁS DE ESCRIBIR UNA CARTA.

Mire usted, quiero no ser moderna, quiero conservar el momento de juntarnos y pararnos y escribir una carta una nota.
De pequeña mi madre nos dejaba notas cuando se iba a trabajar, y las leía antes de irte al cole. Cuando volvíamos del cole si mi hermana se iba, o yo, o lo que pasara, dejábamos una nota a mi madre. Jessi, te acuerdas de las notas de mama? Jo, el recuerdo es gracioso y emotivo, no dirás que no. Te quiero. Y te quise más cuando empezé a comprenderte más, después de una carta que me escribieras.
Y luego están las cartas. Joder, hay ciertas cartas que deberíamos escribir. No meil, no mensaje de movil. Cartas que deberían llegar. Cartas que tendríamos que sentarnos a escribir. Además, que quies que te diga, lo de ver la carta en el buzón y la manera maravillosa que tenemos todos de sacarla, ya es algo portentoso en este mundo de ilusiones perdidas. Fast food. La propaganda se saca de otra manera del buzón y lo sabes. Pero las cartas, se tratan de una manera delicada desde el mismísimo primer contacto visual. Y te llevas la carta y la miras en el ascensor. L a miras y le das la vuelta. Y cuando llegas a casa, la abres. Y el mundo se para porque estás leyendo una carta.
A qué no sabes ya cuanto vale un sello? Pues muy mal. Yo tampoco. De pequeña lo sabía. 20, 25 pesetas. Me acuerdo especialmente de los que costaban 27 pelas, rosaditos con la cara del Juancar.


En fin, deseo que te lleguen muchas cartas. Y que empezemos a escribirlas. Aunque más bien tendría que decir: deberíamos seguir mandando cartas. Porque tú y yo hemos escrito algunas cartas que nos han hecho mejores.

Se pierde vigencia. Puedes escribir algo y que después de cuatro días que tarda en llegar, ya no sirva, ya no sea así. Pero mire usted, o tenemos sentimientos de paso, nada sólidos o no nos jugamos enteros y nada más jugamos. Y además, está el tiempo de esperar la llegada de una carta, algo hermoso que hemos perdido. Yo entiendo que todo avanza. Lo que pasa es que hay cosas que a mí me parecen retroceso.
Y hay tantas cosas que deberíamos decirnos por carta, para decirnoslas y porque las encontraremos en una caja cuando pase el tiempo. Y puede que lo dicho no tenga vigencia a los cuatro días, pero con el paso de los años, sí, siempre la tiene. Siempre las tienes. Y ayuda a que nos tengamos.

Además puedes abrazarlas, acariciarlas, mojarlas, perderlas, encontrarlas, olvidarlas, romperlas y pegarlas.


Hay personas que limpian el aire cuando pasan, y cartas que hacen más ancho el espacio, el tiempo y el frio de la muerte.




Un beso.


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